ISSN electrónico: 1585-5210
DOI: https://doi.org/10.14201/rmc2021174257261

EL CUARTETO ARTEMIS O DE UNA HISTORIA SOBRE RESILIENCIA COLECTIVA

The Artemis Quartet or from a story about collective resilience

Oscar Bottasso

Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (Universidad Nacional de Rosario-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), Rosario (Argentina).

Correo electrónico: bottasso@idicer-conicet.gob.ar

Recibido: 10 de marzo de 2021
Aprobado: 22 de marzo de 2021

Resumen

El artículo hace una reseña acerca del célebre Cuarteto Artemis en sus 3 décadas de recorrido, y gran capacidad para adaptarse a las peripecias experimentadas a lo largo de este período, preservando la calidad interpretativa como objetivo primordial. El conjunto había sufrido el tropiezo ocasionado por la partida de Friedemann Weigle quien aquejado de un trastorno bipolar y cuadro depresivo mayor pone fin a su vida el 6 de julio de 2015. Las vivencias de la agrupación aparecen bien reflejadas en el documental Artemis, The Neverending Quartet estrenado el año 2019 en Hamburgo, y posteriormente nominado al Golden Calf Film Award en la categoría de «Mejor Cortometraje Documental 2020». En sus 53 minutos la directora Hester Overmars nos brinda una pincelada a grandes rasgos de la agrupación, quien gracias a la posibilidad de asistir a los ensayos consigue registrar las experiencias detrás de bambalinas, a la par de permitirnos entrever aquellos esfuerzos reparadores, cual suerte de firme resiliencia colectiva. Teniendo a la música como principal protagonista, la película trasluce los avatares derivados de la dolorosa pérdida de un compañero de tantos años, y el empeño para no quedar atrapados en la encerrona de la desesperanza.

Palabras clave: Cuarteto Artemis; Friedemann Weigle; Viola; The Neverending Quartet.

Summary

The article reviews the famous Artemis Quartet in its 30-year story, along with its great capacity to adapt to the ups and downs experienced throughout this period, preserving the interpretive quality as a primary goal. The quartet had suffered the crisis produced by the disappearance of Friedemann Weigle who, distressed by a bipolar disorder and major depressive disturbance, ended his life on July 6, 2015. Such a quartet's experiences are well reflected in the Artemis documentary, The Neverending Quartet premiered in 2019 in Hamburg, and later nominated for the Golden Calf Film Award in the category of "Best Documentary Short Film 2020". In its 53 minutes, the director Hester Overmars provides us an overall sketch from the group, which in addition to her possibility of attending the rehearsals serves to record the experiences behind the scenes, and the renovating efforts, like a sort of solid collective resilience. With music as the central character, the film helps to understand the vicissitudes arisen from the painful loss of a partner from so many years, together with the endeavor of not being trapped in the ambush of hopelessness.

Keywords: Artemis Quartet; Friedemann Weigle; Viola; The Neverending Quartet.

Con alguna reminiscencia a los versos de Bécquer «Del salón en un ángulo oscuro...», por qué no imaginar que una viola también habría lamentado la pérdida de su tañedor, capaz de ejecutarla cual suerte de caricia.

Concebida en el siglo XIV, el instrumento se fue diversificando en viola da spalla, da gamba, y da braccio que dio lugar a la utilizada en nuestros días1. Como una especie de puente sonoro entre el violín y el violonchelo, Bach le confirió un rol muy saliente en el Sexto concierto Brandemburgués mientras que Telemann compuso otro, para viola, cuerdas y bajo continuo. Los románticos igualmente la tendrían en cuenta no sólo por su apoyatura dentro de la orquesta sino también por sus dotes expresivas, refinadas, y si se quiere nostálgicas. El propio Brahms le brindó gran protagonismo en aquel agitato de su 3er cuarteto para cuerdas, donde los dos violines y el violonchelo, ceden paso a la viola, para que haga gala de su impactante sonoridad… que según expresiones del propio Johannes habría constituido el movimiento más tierno y apasionado de todas sus partituras.

Una interpretación magistral de esta pieza fue precisamente llevada a cabo por un solista desaparecido hace unos años de quien anticipábamos sus aptitudes musicales en el comienzo: Friedemann Weiglea. Como integrante de la agrupación Artemis, el artista nos legó una grabación memorial cargada de lirismo y maestría. Durante varias décadas este violista constituyó una figura saliente en el contexto internacional de la música para cuerdas. Participó de la creación del Petersen Quartett, donde permaneció durante veinte años, y en el 2007 se incorpora al cuarteto Artemis fundado en 1989 con sede actual en Berlín2. La agrupación es conocida por sus registros de las piezas para cuerdas de Beethoven, como así también obras de Dvořák, Janáček, Schubert y quintetos de Schumann y Brahms. Asimismo, ha cosechado un gran reconocimiento, ejemplificado por los Premios ECHO Klassik de 2006 y 2015. Los miembros iniciales del cuarteto eran profesores de música de cámara en la Universidad de las Artes de Berlín y si bien se fueron produciendo sucesivos cambios, el conjunto ha sabido adaptarse a las peripecias experimentadas a lo largo de estas décadas, preservando la calidad interpretativa como objetivo primordialb.

Amén de los sacudones originados por dichos recambios, poco antes de cumplir el 30 aniversario, el grupo experimenta un duro impacto a raíz del alejamiento del último miembro fundador, el violonchelista Eckart Runge (2018), a lo que poco después se sumará el de la segunda violinista Anthea Kreston. En esta escalada de traspiés, la agrupación ya había tenido que vérselas con un golpe tremendamente penoso en el 2015, cuando el 6 de julio de ese año, Friedemann Weigle pone fin a su vida3. Desde hacía bastante tiempo lo aquejaba un trastorno bipolar al cual se sumaba un cuadro depresivo de jerarquía. No ha de ser cosa fácil recomponerse de la consternación que implica la pérdida de alguien con quien se han compartido experiencias estético-musicales tan profundas. Las declaraciones de Runge por entonces el violoncelista del cuarteto son bien explícitas «Cuando alguien muere, es totalmente diferente a cuando alguien deja un conjunto, es muy conmovedor…. Estuvimos en tal estado de shock que por un tiempo no podíamos pensar en nada. Pasamos mucho tiempo tocando conciertos conmemorativos como un trío de cuerdas con piano adicional"3.

Ese mismo año, la Fundación Alemana de ayuda para la depresión lanzó el programa Friedemann-Weigle para músicos aquejados de esta dolencia4,5. Con el objetivo de ayudar a otros músicos con la misma enfermedad a fin de brindar un soporte en cuanto a posibilidades terapéuticas, también se provee información sobre esta problemática para amigos y colegas. Nunca estará de más hacer hincapié para que los afectados de un mal que puede resultar devastador visiten a un profesional competente en Salud Mental, sobre todo ante ese temor a la afectación de la motricidad fina en cierta medida vinculado al tratamiento antidepresivo, que en modo alguno constituye una profecía autocumplida. En paralelo la propuesta viene incluyendo el dictado de conferencias y actividades formativas para médicos/terapeutas, asociaciones profesionales, como así también instituciones abocadas a la enseñanza musical y salas de conciertos.

Mal que nos pese, no hemos conseguido desterrar tabúes y prejuicios seculares sin perder de vista que por lo bajito hasta se cuela una cuota de desvalorización hacia el sujeto deprimido. Con el agravante de que se vaya aislando cada vez más, en tanto que desde nuestro lado no llegamos (o tal vez no nos interesa) a descifrar el profundo significado que subyace en esa silenciosa aflicción.

Desde este complejo entramado y de un modo que intenta reflejar tales vivencias, en noviembre de 2019, tuvo a lugar en Hamburgo la premiere mundial del documental Artemis, the Neverending Quartetc que posteriormente fue presentado en Amsterdan el 26 de enero de 2020 en ocasión de la String Quartet Biennale; a la par de haber sido nominado al Golden Calf Film Award en la categoría de «Mejor Cortometraje Documental 2020»6,7. Musicalizada con fragmentos de obras de Barber, Bartók, Haydn, Brahms y Smetana; en sus 53 minutos la directora Hester Overmars brinda una pincelada a grandes rasgos de la agrupación, incluido sus primeros y posteriores integrantes. Gracias a la posibilidad de asistir a los ensayos consigue registrar las experiencias detrás de las bambalinas; y nos deja entrever los esfuerzos de la agrupación para renovarse ante tantas desventuras, cual suerte de firme resiliencia colectiva. Teniendo a la música como principal protagonista, la película trasluce los avatares, la dolorosa pérdida de un compañero de tantos años, y el esfuerzo por no quedar atrapados en la encerrona de la desesperanza. Lejos de cualquier conformismo, el cuarteto avanza en el corrimiento de la frontera de sus posibilidades. Asistimos por tanto al reverdecer de una agrupación, luego de 3 décadas de peregrinaje cuyos comienzos se dieron en aquella Alemania en que el 9 de noviembre de 1989 caía el muro de Berlín seguido de la posterior reunificación. Bien por ellos y nuestro deseo más ferviente de que Friedemann siga deleitando con su arte en una apacible morada del universo.

En honor al tesón puesto por este cuarteto, que además lleva tu nombre, no querría concluir sin acudir a ti Artemis para que hables con Apolo, muy de hermano a hermano. Siendo él tan versado en curaciones, y cuestiones referentes a la armonía, el equilibrio y la razón, pues debería tomar nota de lo que se viene dando por aquí abajo. Nuestras torpezas no son de ahora, y también es cierto que algunos ya acarrean una cierta vulnerabilidad, pero aun así me parece necesario poner sobre el tapete algunas necedades que se me hacen bastante preocupantes a la luz de lo que venimos tratando. Recuérdale por favor:

• Que cada uno se percibe como un alfa y omega de incomparable trascendencia, y como tal nos exhibimos en redes sociales en ton de un éxito y felicidad, perpetuas; suprimiendo cualquier señal de tristeza, interpretada quizás como un signo de debilidad. ¡Habrase visto!

• Que aquel imperativo de considerarnos como un fin en lugar de un medio viene siendo dejado de lado, más y más, a tal punto que desvergonzadamente nos catalogamos como «recursos humanos».

• Que impensadamente vamos asimilando ideas preelaboradas en menoscabo de esa capacidad crítica tan necesaria para separar la paja del trigo, pasando por alto nuestro limitado entendimiento de lo avistado.

• Que concentrados en desiertos bulliciosos y sus ruidosas soledades, unos cuantos deciden refugiarse en entornos virtuales, los cuales a pesar de sus atractivos no van mucho más allá de una quimera.

• Que la sensación de desamparo es bien cierta y los menos aptos para sobreponerse están en serio riesgo de soltar amarras.

• Que estamos apostando a la medicalización como un sustituto de la acción sanadora de una escucha, un abrazo fraternal y la debida consideración del uno al otro.

Dile pues que nos libre de tanta insensatez…. por momentos uno siente que hemos perdido la brújula.

Un mortal en pugna por no ser presa del desaliento.

REFERENCIAS

1. Martín Díaz W. Historia, literatura, pedagogía y cultura de la viola. Temario completo para oposiciones. Madrid: Editorial Musicalis, 2002.

2. Artemis Quartett.

3. von Rhein J. Berlin’s Artemis Quartet healing after loss, with Chicago violinist as new member Chicago Tribune [Internet]. 5 de Abril de 2016.

4. Colaboradores de Wikipedia. German Depression Aid Foundation. Wikipedia, the free enciclopedia [Internet]. 25 de abril de 2020,

5. Stiftung Deutsche Depressionshilfe. Friedemann-Weigle-Programm. Programm für an Depression erkrankte Musiker[Internet].

6. film: Artemis, The Neverending Quartet. 24classics [Internet]. 2019.

7. Artemis: The Neverending Quartet (2020). IMDb [Internet].

Oscar Bottasso es Investigador Superior de CONICET y del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario, Ex-Director del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (UNR-CONICET).

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a. El último disco grabado con Friedemann Weigle como violista del Cuarteto Artemis incluye los Cuartetos #1 y # 3 de Johannes Brahms, y fue lanzado en septiembre de 2015.

b. El listado de los integrantes ha sido el siguiente.

Primer Violín: Wilken Ranck (1989-1994), Natalia Prishepenko (1994-2012), Vineta Sareika (desde 2012)

Segundo Violín: Isabel Trautwein (1989-1991), Heime Müller (1991-2007), Gregor Sigl (2007-2016), Anthea Kreston (2016-2019), Suyoen Kim (desde 2019)

Viola: Volker Jacobsen (1989-2007), Friedemann Weigle (2007-2015), Gregor Sigl (desde 2016)

Violoncello: Eckart Runge (1989-2019), Harriet Krijgh (desde 2019).

c. Producida por Basalt Film, 24 classics & Tondowski Films Production, en coproducción con NTR y ZDF ARTE; formato HD.